Proyecto Comunitario
Sin Título
El taller que dimos entre Raúl Mirlo, Diego Ber Marruecos y yo, consistió en concienciar un poco más a los dos grupos de chicos con los que trabajamos sobre su relación con las imágenes. En una época en la que vivimos inundados de imágenes, las que recibimos y las que producimos, creo que es sumamente poderoso tener una noción histórica de la evolución de la imagen y nuestra percepción de ella.
Aunque de otra manera, a los tres nos preocupamos mucho por esto, y creímos que uniéndonos, el taller se volvería más dinámico y lleno de ejercicios que cuestionarían esta relación. Hacer un plano con ellos fue como volver un poco en el tiempo y reconocer una parte del proceso fotográfico que parece casi olvidado, como el uso de plantas medicinales en el uso cotidiano. Por eso elaboramos un pequeño catálogo de plantas con estas propiedades en un plano.
En el camino, encontramos algunos obstáculos, como el desempleo de las escuelas por parte de los sindicatos y apatía de los adolescentes. En lo personal fue un encuentro con una realidad de la que estoy muy lejos en este momento de mi vida.
A pesar de esto, que podría hacer que todo dejara de funcionar, me alegró mucho conocer a gente como el director de Cobao y varios de los estudiantes que tienen muchas ganas de trabajar y están abiertos a cosas nuevas.
También fue un gran desafío trabajar con grupos que no se habían inscrito personalmente en el taller por interés pero fueron asignados. Aplaudo la manera de Raúl Mirlo de acercarse al grupo y romper el “hielo”, a partir de ahí la parte práctica del taller que dimos Diego y yo fue mucho mejor. Otra ventaja de trabajar en equipo.
Nunca había enseñado cianotipia a grupos como estos; fue increíble ver las caras de asombro ante un proceso, que es bastante simple en todo, si lo comparamos con la complejidad de todo lo que hace llegar la cámara de un celular a la pantalla. Pero ver el trabajo del material fotosensible nos hizo hablar de luz, procesos químicos, composición, trabajo en equipo y sobre todo del tiempo, que fue el eje principal del taller. Tengo unas ganas tremendas de compartir lo que sé y aprender más con grupos así; Espero empezar a dar clases pronto.
Estoy muy feliz de haber conocido a algunos estudiantes muy talentosos y creativos. Me encantaría ver su cuando vean el retrato del último ejercicio que les llegará en un mes, hecho con un pergamino análogo, con una frase que escribieron con la pregunta “¿qué te dirías en un mes? “
El taller que dimos entre Raúl Mirlo, Diego Ber Marruecos y yo, consistió en concienciar un poco más a los dos grupos de chicos con los que trabajamos sobre su relación con las imágenes. En una época en la que vivimos inundados de imágenes, las que recibimos y las que producimos, creo que es sumamente poderoso tener una noción histórica de la evolución de la imagen y nuestra percepción de ella.
Aunque de otra manera, a los tres nos preocupamos mucho por esto, y creímos que uniéndonos, el taller se volvería más dinámico y lleno de ejercicios que cuestionarían esta relación. Hacer un plano con ellos fue como volver un poco en el tiempo y reconocer una parte del proceso fotográfico que parece casi olvidado, como el uso de plantas medicinales en el uso cotidiano. Por eso elaboramos un pequeño catálogo de plantas con estas propiedades en un plano.
En el camino, encontramos algunos obstáculos, como el desempleo de las escuelas por parte de los sindicatos y apatía de los adolescentes. En lo personal fue un encuentro con una realidad de la que estoy muy lejos en este momento de mi vida.
A pesar de esto, que podría hacer que todo dejara de funcionar, me alegró mucho conocer a gente como el director de Cobao y varios de los estudiantes que tienen muchas ganas de trabajar y están abiertos a cosas nuevas.
También fue un gran desafío trabajar con grupos que no se habían inscrito personalmente en el taller por interés pero fueron asignados. Aplaudo la manera de Raúl Mirlo de acercarse al grupo y romper el “hielo”, a partir de ahí la parte práctica del taller que dimos Diego y yo fue mucho mejor. Otra ventaja de trabajar en equipo.
Nunca había enseñado cianotipia a grupos como estos; fue increíble ver las caras de asombro ante un proceso, que es bastante simple en todo, si lo comparamos con la complejidad de todo lo que hace llegar la cámara de un celular a la pantalla. Pero ver el trabajo del material fotosensible nos hizo hablar de luz, procesos químicos, composición, trabajo en equipo y sobre todo del tiempo, que fue el eje principal del taller. Tengo unas ganas tremendas de compartir lo que sé y aprender más con grupos así; Espero empezar a dar clases pronto.
Estoy muy feliz de haber conocido a algunos estudiantes muy talentosos y creativos. Me encantaría ver su cuando vean el retrato del último ejercicio que les llegará en un mes, hecho con un pergamino análogo, con una frase que escribieron con la pregunta “¿qué te dirías en un mes? “
