La curvatura de la luz

Curado por Fabiola Menchelli

October 2019
Fundación Casa Wabi se complace en presentar la última exhibición del ciclo de exposiciones 2019 en Casa Santa María. Fabiola Menchelli cierra esta temporada con una muestra que habla acerca de los ciclos, la rotación de los astros, y nuestra forma de medir el paso del tiempo observando la luz.

Uno de los planteamientos más interesantes de la Teoría General de la Relatividad de Einstein, es que en las cercanías de un cuerpo suficientemente masivo, la trayectoria de la luz puede ser doblada por la fuerza gravitacional.

Se pueden observar variaciones aparentes en la posición de astros lejanos cuando estos pasan cerca de una estrella o masa, efectivamente doblando la luz. En La curvatura de la luz, la obra de Fabiola Menchelli moldea la forma por medio de la luz y la superposición de imágenes, interviniendo así el espacio y la realidad.

La exhibición se compone de varias piezas que surgen durante su residencia en Casa Wabi en 2015. En un detallado estudio de un elemento arquitectónico dentro de la casa diseñada por Tadao Ando, Menchelli, aborda una re-lectura del observatorio durante los 28 días de su residencia.

El observatorio, pensado por Tadao Ando como un sitio de contemplación profunda, a su vez estudia y delimita una imagen, enmarca un universo específico, todo lo que está dentro de ese umbral por el que se mira. En este caso, la artista propone deconstruir esa elipse, crear una narrativa propia a partir de ese elemento. Mostrar un nuevo mapa de ese universo, usando la curvatura de las líneas para desplegar un atlas estelar que mide el tiempo y a la vez replica las olas del mar.

Literalmente dibujando con luz, las obras difuminan los límites entre los bordes sólidos del observatorio y el vasto e impenetrable cielo. Las capas generadas a través de las múltiples exposiciones dentro de la cámara, se repliegan metafóricamente unas sobre otras. El trabajo habla no solo de la luz y los espacios que ilumina, el tiempo y los ciclos en los que vivimos, sino también de las sutiles revoluciones que experimentamos como resultado de una profunda contemplación.

La pieza central se conforma de 13 libros: uno por cada ciclo lunar que sucede durante el año. En total los libros vinculan 364 imágenes que miden 24 centímetros cada una, en consonancia con las 24 horas del día terrestre. Cada libro está compuesto por 28 fotografías, una por cada día del ciclo lunar; creando así un lunario. La obra usa el horizonte como una línea para establecer una conexión entre los ciclos de la luna, las mareas y la forma en que nos conectamos a estos ciclos a través de nuestra experiencia personal. La muestra estará abierta al público durante 13 semanas y cada semana será mostrado un libro distinto, de esta manera el tiempo se encoge y el transcurso de un año se resuelve en 13 semanas.
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