El tiempo endurece el ser hasta la piedra

COMO ES PARA MÍ

(URSULA K. LE GUIN)

En el enorme abismo antes del tiempo, el yo
no existe, y el alma se confunde
con el vapor, las piedras y la luz. Con el tiempo
el alma arrastra al yo vaporoso a existir.
Después el tiempo lento se endurece hasta petrificarse,
mientras va aligerando cada vez más el alma,
hasta que el alma puede dejar ir al yo,
y entonces ya son libres y pueden regresar
a las inmensidades para así disolverse entre la luz,
la larga luz después del tiempo

El tiempo endurece el ser hasta la piedra de Lucía Oceguera, es la segunda exhibición del programa expositivo de Casa Santa María este 2019.

La contradicción, los contrastes entre materiales, los procesos entre lo personal, el cuerpo y el entorno así como el fluir del tiempo, que se colapsa o avanza, son algunos de los temas que Lucía Oceguera aborda en esta muestra.

Usando materiales que dialogan en una constante tensión, como el barro que surge de la tierra mezclado con zirconias que no paran de brillar, la lleva a pensar en diferentes preguntas que recorren toda su producción: ¿Cómo se reinventa el valor de un material? ¿Cuáles con los conflictos de las apariencias? ¿Qué es lo que no alcanzamos a ver?

Retomando algunos de los trabajos que hizo durante su residencia en Casa Wabi – Puerto Escondido en 2018 y en diálogo con obra más reciente, encontramos una configuración de capas múltiples, la obra no está centrada en lo específico de su lenguaje, más bien, busca la confrontación y confusión entre los elementos, atravesada por cierto humor.

La artista necesita llegar a lo primigenio y confirmar que su actividad está inevitablemente ligada a la fabricación de artefactos, montajes y paradojas. Sus piezas resultan una simbiosis entre la naturaleza y los constructos culturales. Así, hasta el material más valorado puede ser llevado hacia sus más primitivos estados y mezclado con materiales ordinarios.

Su estética se basa en las relaciones entre los objetos, su configuración y significado, resaltando dos aspectos: los procedimientos, entendidos como un proceso de manipulación, y en segundo lugar, los materiales mismos, analizando sus cualidades más específicas y las nociones de presencia corporal, tiempo y residuo. La exhibición es en sí misma una colección de objetos en aparente contradicción que a través de su proceso tienen como objetivo llegar a un punto medio, un balance.

El título de la exposición surge de un poema incluído en el libro So far so good, última compilación de poemas escritos por Ursula K. Le Guin, donde explora la interacción entre el alma y el cuerpo, lo que se puede conocer y lo desconocido. En su escritura, Ursula K. Le Guin siempre trató de balancear el pensamiento analítico con la intuición, decía que sólo cuando ambos se combinan es cuando realmente se llega a territorio fértil, vivo y que conduce a nuevos caminos al futuro. Del mismo modo, Lucía Oceguera busca ese balance y explora esa senda entre el tiempo y el espacio.