La prensa es el dedo indicador de la ruta del progreso.
Víctor Hugo
La instalación escultórica del artista mexicano Pablo de Laborde Lascaris se presenta como un anti monumento que conmemora a todos aquellos periodistas y trabajadores de medios de comunicación que han sido asesinados en el ejercicio de su profesión. Al mismo tiempo condena los actos de censura que continúan replicándose y acrecentándose en nuestro país, el más peligroso a nivel mundial para ejercer esta profesión.
La obra de Laborde Lascaris cuestiona los límites de la escultura a través del análisis de las acciones performáticas que surgen de éstas. Su aproximación formal desafía la funcionalidad de los objetos que utilizamos a diario por medio de la reinterpretación y reapropiación de sus formas, escalas o materiales. El acto deliberado de privar a un elemento de su propósito real cuestiona las cualidades tradicionales de la escultura al desestabilizarlas dentro de sus contextos históricos.
El artista construye una metáfora entre la voz o la pluma de los periodistas y el sonido de las campanas. Cada una de las 265 campanas de cerámica representa simbólicamente a un individuo que ha sido asesinado o censurado por comunicar. Los badajos que complementan la composición están hechos de latón y de plomo, los materiales utilizados en la confección industrial de balas y municiones.
De acuerdo con la organización Periodistas sin fronteras, 937 reporteros han sido asesinados -deliberadamente por su profesión o en el ejercicio de sus funciones sin ser blancos específicos- de 2011 a 2020 en todo el mundo. [1] En nuestro país, la cifra asciende a 140 asesinatos entre el 2000 y 2021 de acuerdo con la organización independiente Artículo 19. [2]
[1] Periodistas sin fronteras Julio, 2021
[2] Artículo 19 Julio, 2021
Curador: Alberto Ríos de la Rosa
Asistentes curatoriales: Natalia Gómez y Carmen Puig