La Forma de la Tierra

Como cualquier megalópolis, la Ciudad de México vive en un estado perpetuo de devenir y desvanecerse, construir y deshacer, creación y destrucción: un gran experimento interminable en urbanismo. De pequeñas a grandes formas, desde tirar basura en la calle hasta construir una casa, todos actuamos como sus arquitectos y contratistas, parteras y funerarias. Pocos de nosotros reflexionamos sobre el impacto que nuestras acciones diarias colectivas tienen en la ciudad como un ser vivo. La ciudadanía no siempre implica cuidado. Pero la ciudad es un organismo, del cual todos somos parte. Xanath Ramo (1987) y Romel Solano (1997) son parte de una clase creativa inusualmente grande y activa en la Ciudad de México dedicada a actuar de esa manera.

Los esfuerzos de Solano están dirigidos a generar nuevas posibilidades en el entorno construido. El objetivo no es promover ningún estilo específico. Lo que Solano demuestra es cómo los nuevos sistemas pueden liberarnos de ideas antiguas. Su intención es hacer una contribución desestabilizadora al desarrollo de la relación entre opuestos convencionales como tradición e innovación y las influencias extranjeras e indígenas que caracterizan la arquitectura de la ciudad. Su ideal es un flujo continuo de conceptos flexibles, modulares e intercambiables—como los que se exhiben aquí—que pueden ser explorados y ejecutados por cualquier persona con una buena idea. Todo lo que ves fue hecho rápidamente y podría transformarse completamente con relativamente poco esfuerzo. Las celosías que componen las paredes que dividen la terraza en habitaciones fueron diseñadas hace solo unas semanas usando CAD. La celosía prototipo utilizada para hacer los moldes en los que se fundieron las celosías finales fue impresa en plástico. Se produjo con una impresora de mesa que solo ha estado disponible para uso doméstico durante aproximadamente una década. (Todo el proceso no fue muy diferente al tipo de investigación de materiales que hace un arquitecto durante la fase de investigación de un nuevo proyecto—excepto que él lo hizo todo en su apartamento.) Las celosías de barro finales, por otro lado, fueron hechos de manera tradicional por un fabricante de ladrillos en Puebla utilizando barro cocido, una de las tecnologías más antiguas de la humanidad. El futuro siempre es una versión del pasado continuamente remixada en el presente. El futuro de la Ciudad de México seguirá combinando lo nuevo y lo viejo, tecnología y artesanía de maneras que Solano y otros están descubriendo ante nuestros propios ojos.

Artistic Director
Dakin Hart