Genius Loci

Curado por Isauro Huízar

9 septiembre – 17 de noviembre.
Curador : Alberto Ríos de la Rosa
Producción : Sofía Gómez de Parada Barragán

En la ideología clásica romana, un genius loci (genii loci plural) era el espíritu protector de un lugar. En uso contemporáneo, se refieren generalmente a la atmósfera distintiva de un espacio, o al «espíritu del lugar», más que necesariamente a un espíritu guardián.
Alexander Pope hizo del Genius Loci un principio importante en el diseño de jardines y paisajes con las siguientes líneas de la Epístola IV a Richard Boyle, conde de Burlington:

Consultar al genio del lugar en todo;
Eso dicen las aguas o se levantan, o caen;
O ayuda a la colina ambiciosa de los cielos a escalar,
O recoger en círculos los teatros del valle;
Llamadas en el país, las claras capturas de apertura,
Se une a bosques dispuestos, y varía sombras de sombras,
Ahora rompe, o dirige ahora, las líneas de intención;
Pinturas mientras que usted planta, y, mientras que usted trabaja, diseña.

Sobre este principio los diseños paisajísticos deben adaptarse al contexto en el que se encuentran.

En el contexto de la teoría arquitectónica moderna, genius loci tiene implicaciones profundas para la fabricación del lugar, cayendo dentro de la rama filosófica de la «fenomenología». Los distintos contextos dan diferentes explicaciones para la existencia de genius loci. Sin embargo, en la mayoría de los casos, la entidad inteligente, mágica, simplemente se desarrolla a partir del llamado «espíritu de lugar» durante mucho tiempo. En otros contextos, genius loci está formado por poderosos eventos mágicos, y en otros son los resultados de las líneas ley, las piscinas de maná o un equivalente.
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